Agur Jaunak, Agur T’erdi

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10.01.08. Se trata de un canto vasco, que se dedicaba a los componentes de las Diputaciones. Decía así:

Agur Jaunak, Agur t’erdi

Danak Jainkoak egiñak gire

Zuek eta gu, ta gu ere.

Que traducido significa: “Os saludamos señores, con todos respeto. Todos hemos sido hechos por Dios, Vosotros y también nosotros”.

En tan pocas palabras se encuentra el fundamento de una sana democracia. Decir a quien gobierna, con absoluto respeto, que todos hemos sido hechos por Dios, significa recordarle el fundamento de la igualdad y ponerle en guardia frente a los posibles abusos de poder.

Eso se hacía en las Juntas Generales de las Provincias Vascongadas en le época foral.

Si no hemos sido hechos por Dios, no hay igualdad ni fundamento para ninguna clase de derechos humanos. Por eso el PSOE, que deja para el ámbito privado el creer que hemos sido hechos por Dios, ha gobernado en muchas ocasiones y gobierna sin respeto a los derechos humanos, dictatorialmente.

Para implantar una dictadura se sublevó en 1934. Cuando consiguió el poder en 1936 gobernó dictatorialmente y sin respeto a ninguna clase de derechos. Y desde que llegó a gobernar en 1982 lo ha hecho al modo absolutista: “Diez millones de votos, nos dan poder para…”. Con ese preámbulo justificaba Felipe González sus mayores desatinos.

Desde 2004 nuestros socialistas, que no creen haber sido hechos por Dios, gobiernan como si fueran dioses. Legislan sobre todo. No les importa ir contra las leyes de la naturaleza, que Dios instituyó. Así van las cosas. Y aunque les duela, tienen que oírnos a los carlistas que les decimos que gobiernan tiránicamente y sin respeto a muchos derechos humanos.

Esa es la tragedia de España. Desde el comienzo del siglo XIX nos vienen ofreciendo una democracia. Con una relación de derechos humanos impresionante. Pero que a la hora de la verdad se quedan en nada. Porque quienes los proclaman no creen que “todos hemos sido hechos por Dios”. Es más: se esfuerzan en hacer desaparecer la idea de Dios.

Si queremos un gobierno justo, es preciso que nuestros gobernantes tengan bien presente que “Danak Jainkoak egiñak gire”.

Zortzigarrentzale.

 

Nota del A.: Este es el verdadero valor del canto “Agur Jaunak”. Que no tiene nada que ver ni con la liturgia ni con los difuntos. Que se enteren de ello los componentes del lobby clerical, díscolo con sus prelados, ignorante, herético y cismático, que intenta establecer una liturgia para la iglesia vasca, haciéndoselo cantar a los fieles al fin de los funerales.