01.05.09. La Comunión Tradicionalista Carlista se dirige a los españoles en estos momentos de crisis económica que afecta especialmente a los trabajadores.
A nivel mundial la crisis ha surgido por la desmesurada codicia de algunos hombres unida a su soberbia. Ésta les ha llevado a pensar que podían crear una riqueza por caminos diferentes al trabajo; no han logrado más que deshacer los ahorros de quienes confiaron en ellos.
En España la crisis se ha visto agravada por la mala administración de los gobiernos, nacional y autonómico. Gastos públicos superfluos, boato innecesario, cargos que no desempeñan ninguna función, sueldos escandalosos y jubilaciones injustificadas. Todo ello por las mismas causas: soberbia y codicia. Todo ello en perjuicio de todos, pero especialmente de los más necesitados.
También se aprecia en España una falta de productividad. No fabricamos y no exportamos. Carecemos de trabajadores preparados. Pagamos las consecuencias del desprecio con que se ha tratado a la formación profesional desde los tiempos del Ministro Villar Palasí.
Por eso hoy más que nunca es preciso que todos nos concienciemos de la necesidad de devolver al trabajo y a los trabajadores su dignidad: Apreciar el valor de todas las labores por humildes que parezcan. Reconocer la importancia de los trabajadores manuales en el proceso industrial. Prestar la atención necesaria a su formación profesional. De nada servirán cuadros directivos dotados de “master” acreditados, si nos faltan los especialistas que en otros tiempos dieron prestigio a nuestra industria.
El haber tratado la economía con criterios exclusivamente utilitarios, buscando éxitos aparentes, nos ha llevado a la triste situación de paro que alcanza a  cuatro millones de hermanos nuestros.
En la CTC no tenemos el remedio para salir a corto plazo de esta situación. Tampoco los políticos de turno lo tienen, por mucho que pretendan seducirnos con bellos discursos. Por eso nos permitimos recordar a todos los españoles algo que hoy no se aprecia debidamente: el mérito del trabajo bien hecho y la dignidad de quienes lo ejecutan. Mientras no lo tengamos en cuenta, saldremos de esta crisis (si salimos) para volver a caer en otra poco después.
En la Fiesta del Trabajo, que S. S. Pío XII puso bajo el patrocinio del Artesano que con sus manos sustentó al Hijo de Dios.

Secretaría de Acción Política de la CTC