Pamplona, 21 de julio. El día 19 de julio por la tarde, se celebró el Via Crucis y la Santa Misa en la cripta del Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada. Estos Actos fundamentales de piedad cristiana fueron organizados por la Hermandad canónica de Caballeros Voluntarios de la Cruz, conforme a sus estatutos, nacida en 1939 de la mano del obispo de Pamplona  Mons. Olaechea y activa hoy día.

La asistencia de fieles fue notable, a pesar de ser época estival en la que las familias aprovechan unos días de descanso para cambiar de residencia. Sobre todo estuvo presente la gran familia del tradicionalismo o Carlismo. Hicieron acto de presencia un representante de AES así como otros amigos. A los pies del Altar, engalanado para la celebración, lucía un hermoso ramo de flores de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra y una boina roja. Hubo una significativa y variada gama de todas las edades, desde un copioso ramillete de jóvenes, hasta adultos, y, cómo no, también veteranos. Es el caso de una margarita que fue enfermera del Hospital Alfonso Carlos, Rosario Jaurrieta, que este día cumplía los 91 años, y de otra margarita, Rosario Baleztena, que llegó en silla de ruedas acompañada de su hermana Silvia, ambas con la boina blanca y colorada que lucieron ida y vuelta por la avenida Carlos III de Pamplona.

Pero lo importante es que los mártires declarados por la Iglesia, los mártires anónimos, los voluntarios de la Cruzada, y todos los muertos en la contienda, así como la necesaria paz de Cristo -la única verdadera paz- en nuestros días, exigían  y exigen nuestras insistentes oraciones de conversión y petición de perdón, de acción de gracias, de desagravio y ofrecimiento.

La celebración fue de la Hermandad de Caballeros Vluntarios de la Cruz. Después del responso y acabados los Actos religiosos, la Hermandad  celebró un animado ágape, y hubo quien lo prolongó en una cena en un restaurante de la ciudad.

Pamplona, 20 de julio de 2010
J. F. Garralda