Los carlistas ante la convocatoria de elecciones generales
15 de octubre de 2011. Un nuevo capítulo en la búsqueda de una herramienta electoral al servicio del bien común.
1º. El sistema político español se cierra cada vez más en una especie de “turnismo” en el que los dos grandes partidos y sus satélites nacionalistas, por encima de matices, comparten una misma visión del mundo, la sociedad y la política. La urgencia de expulsar al PSOE es la excusa que ciega a muchos de nuestros compatriotas. Pero en el fondo saben que el PP va a ser más de lo mismo, aunque tengan miedo a expresarlo.
2º. El carlismo, la voz de la España tradicional, carece actualmente de una base social suficientemente estructurada como para afrontar en solitario unas elecciones generales. Podríamos utilizar la campaña electoral -como hemos hecho en otras ocasiones- para hacer propaganda, pero con ello no daríamos respuesta a una necesidad acuciante: que entren en las instituciones voces defensoras de algunos principios pre-políticos básicos (como son el derecho a la vida, la familia, la libertad de educación de los padres y el bien común). En este sentido hemos tomado la decisión de no presentar en esta ocasión candidaturas en solitario. Entendemos que el electorado católico en España no quiere más propaganda: quiere resultados.
3º. En el campo electoral la CTC lleva años intentando que los partidos extraparlamentarios que afirman en su programa la defensa íntegra de los llamados “principios no negociables” unan sus fuerzas para multiplicar sus votos. Sabemos que nuestros futuros votantes están divididos entre la abstención y el voto a opciones malminoristas. Sabemos que muchos de ellos nos ven como “aficionados a la política” y que a pesar de las críticas que hacen a los grandes partidos al final suelen votar a los “políticos profesionales”. Somos conscientes por tanto de la necesidad de ganar la confianza del electorado y de que eso solo se logrará si nos ven actuar con responsabilidad, con seriedad, con realismo.
4º. Una vez más han concluido sin éxito las conversaciones encaminadas a constituir una coalición electoral, puntual, plural y transversal en torno al mínimo de los llamados “Principios No Negociables”. Hasta el último momento hemos esperado un acuerdo “cuatripartito” entre CTC, AES, PFyV y Regeneración pero al final tanto Familia y Vida, como Regeneración, han optado por no formar parte del proyecto. Esperamos que en una próxima ocasión reconsideren su negativa para que todos juntos logremos ese punto de inflexión electoral que tantas personas están reclamando.
5º. Por nuestra parte, para servir a los ideales de la España de siempre, además de la vía electoral “de mínimos” que acabamos de mencionar, los carlistas vamos a seguir trabajando para ampliar nuestra base social. El carlismo ha sido durante la mayor parte de su historia, un movimiento popular, interclasista, intergeneracional. No nos resignamos a ser un “partido” de cuadros al estilo de los partidos liberales, útil solamente para hacer carrera política o para luchar por el acceso de “los nuestros” a los cargos públicos. Queremos que el carlismo vuelva a ser la voz autorizada de una amplia parte del pueblo español que vive adormecida o manipulada por el sistema partitocrático. Hacemos por tanto un llamamiento a nuestros afiliados y simpatizantes para que lejos del desánimo, confiando en la Divina Providencia y la intercesión de los mártires, trabajen por ese objetivo ordenadamente, con las juntas y delegaciones de la Comunión, así como en los cuerpos intermedios que forman la Liga Tradicionalista.
Junta de Gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista
14 de octubre de 2011