16 de noviembre de 2011. Son muchos los españoles que anhelan unos principios mínimos de humanidad exigidos por el derecho natural más básico, como es el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el matrimonio y la familia, el derecho de los padres a la educación de sus hijos, y la búsqueda del bien común. Los partidos del actual duopolio político no dan respuesta a estas urgentes necesidades sino que las perjudican gravemente.
Conscientes de este anhelo y necesidad, la Comunión Tradicionalista Carlista lleva tiempo trabajando para que se constituya una coalición en defensa de estos principios no-negociables de extrema urgencia, aunque cada parte mantenga sus más sanas peculiaridades. Así, con un rotundo “¡¡Ahora!!”, ha propuesto a otros partidos la unión de esfuerzos en una marca electoral común de ámbito nacional.
Podía hacerlo y sin duda también debía. Había que lanzar un proyecto amplio, plural y transversal, en el que ninguna parte absorbiese a otra, en el que el elector no pueda identificar los principios no-negociables y universales con una procedencia de “derecha” o de “izquierda”.
La unión electoral es el único medio para obtener el número suficiente de votos que lleven una voz clara y rotunda sobre esos principios no-negociables a las instituciones supremas de la nación.
Por segunda vez, la Comunión Tradicionalista Carlista ha hecho todo lo posible al respecto, primero en el ámbito nacional y luego en Navarra. Sin embargo PFyV, Regeneración y SAIn han rechazado el proyecto. Después, DNE ha pactado con AES en Navarra aunque conformándose las listas bajo las siglas de DNE y solicitando a continuación nuestra adhesión.
Sabemos que la dramática situación de España y los españoles exige una respuesta política y electoral mucho mejor que la que de hecho ha tenido. ¿Con qué fuerza moral, y estando en juego los principios no-negociables más urgentes, un partido político se va a preferir a otro que también los defiende? ¿Y cómo podríamos nosotros recomendar el voto a SAIn y no a DNE o a la inversa?
No sirve y nadie entiende la división de grupos políticos que podían ir unidos en una única candidatura, unidos todos y en todas las circunscripciones electorales. Por otra parte, son momentos de buscar la máxima eficacia y de hacerlo con eficiencia.
Por todo lo anterior, la Junta Regional de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra no puede recomendar el voto ni a DNE ni a SAIn, por más que ambos partidos cumplan con el mínimo de los principios no-negociables.
Si la situación es grave, y además es difícil para los partidos que se salen del duopolio y la partitocracia, malo es que a estas dificultades les añadamos la propia división. En efecto, ello pudiera transmitir que no se está convencido de la necesidad de unos principios no-negociables tan básicos. Preferimos pensar que la división es síntoma del ambiente y la mentalidad partidista, en cuya superación la CTC ha dado ejemplo una vez más.
Seguiremos intentando la unión electoral para las próximas elecciones europeas. Estamos seguros que a la tercera será la vencida, máxime por la falta de resultados que por lo ya dicho se espera en la presente ocasión, aunque ojalá hubiera éxito para los “principios no negociables” de mínimos y mera humanidad. Es cuestión de poner los medios.
Sólo se logrará el necesario revulsivo social si, unidos todos y en todas las circunscripciones electorales, decimos a la hora de la verdad, a todos los españoles, y con la máxima eficacia posible, un esperanzado: “¡¡AHORA!! es el momento”. Seguro que entonces responderán.
José Fermín Garralda, presidente de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra