Lunes, 26 de noviembre. Ha sido una intensa Jornada de encuentro y convivencia. Este reencuentro de muchos conocidos, es simultáneo a la llegada de no pocas caras nuevas, este año procedentes de Valencia y Zaragoza… Alguno dijo que se debe considerar como una maravilla el ver “nuevas peras (aún ) sin peral”. Ahora es el momento de muchos que se vayan acercando a la Comunión, pues el sistema -el liberalismo, el socialismo y el nacionalismo- ha dado todo lo que pueden dar de sí y con unos amarguísimos frutos.
Un año más, este 24 de noviembre la Comunión Tradicionalista Carlista ha celebrado “El Día de la Comunión” –su principal acto anual- en la víspera de la emblemática fiesta de Cristo Rey. Se han sumado al Acto los miembros del Círculo carlista San Mateo de Madrid con don Alfonso Triviño de Villalaín. De donde más acudieron fue de Madrid y Valencia.
Aunque la crisis económica se nota -¿es que no se va a notar la crisis?- se dieron cita pero muchas personas venidas de lejos, prolongando así los repetidos actos generales de la Comunión realizados a partir de abril: el Encuentro de familias en El Escorial, el campamento Cruz de Borgoña con el día de las familias como cierre, el Foro universitario Alfonso Carlos I.
En el Cerro de los Ángeles, las imponentes figuras de granito blanco del monumento al Sagrado Corazón brillaban al sol una vez levantada la niebla. Los actos se sucedieron en el interior de la basílica según lo previsto. Agradecemos mucho al obispado de la diócesis de Getafe el buen recibimiento dispensado en ella.
Nuestro capellán el P. Higinio, dirigió el responso por quienes fueron sacrificados por la barbarie revolucionaria cuando custodiaban el santuario del Sagrado Corazón de Jesús. Están enterrados en la cripta: Elías Requejo (Guipúzcoa), Blas Ciarreta (Vizcaya), Fidel Barrio (Palencia), Justo Dorado y Vicente de Pablo, ambos de Madrid. La inscripción dice así: “Aquí descansan los restos mortales de los que dieron su vida por amor al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, el día 23 de julio del año 1936”. Aquí hemos estado porque no en vano nos preparamos para el Año de la Fe.
Hoy, en dicha cripta se sitúan varios confesonarios, donde algunos confesaron. El presbiterio estuvo custodiado por las banderas de España y Cruz de Borgoña. En la homilía de la Santa Misa, el oficiante insistió en la necesidad de la conversión interior que además es la que da verdadero sentido al día que celebramos y a nuestro amor a nuestra patria España.
La salida a la explanada fue muy animada, y ahí se realizó la fotografía “de gran familia” a los pies del Sagrado Corazón. Los asistentes ahí se empiezan a enterar más a fondo cómo discurre la vida de éste y aquel, sus alegrías y tristezas, quien falta y quienes llegan por vez primera. A quienes se conocen desde hace muchos años, a veces les basta con una inteligente mirada, un apretón de manos y el abrazo, pues este es el momento especial para tomar contacto con los nuevos, que en pocos minutos pasan a ser como los de siempre.
En el Hotel “Los Olivos” se celebró la comida de hermandad. A los postres fue el momento de los discursos políticos. Todo lo anterior también era política en su sentido más amplio, porque en el Carlismo no existe partitocracia, no es un partido como los demás sino una Comunión. En él, la política exige la vida familiar y social, impregnada de una profunda vida religiosa, y proyecta de una u otra manera todo ello en las distintas esferas de gobierno de la sociedad.
Los carlistas ya saben quiénes son. No están desorientados ni sufren la actual y general crisis de identidad. Pues bien, ahora es el momento de preguntarse sobre lo hecho y por hacer. En ellos no hay pose romántica, sino que son personas de su momento histórico.
El secretario general de la CTC, don Javier Garisoain Otero, se explayó diciendo (según las notas de quien escribe):
“Aquí hay emoción. Ojalá las “batallas” en las que nos metamos sean cada vez mayores.
“Aquí estamos, pues el Carlismo tiene una capacidad sorprendente, admiración de muchos historiadores. El Carlismo es capaz de mantener una fase de a modo de hibernación para luego abrirse con ímpetu. Por eso, la vocación del Carlismo no es estar junto al brasero. Esto último puede ser importante, pero la vocación de los carlistas no son las brasas sino –valga la metáfora- el incendio, esto es, implicarse y comprometer a las personas.
“El Carlismo no es los que estamos aquí, sino España, la tradición, las legítimas libertades. Muchos de ahí fuera se nos unirán cuando vean que las brasas pasan a ser un incendio. Desde luego, no tenemos por qué ser nosotros quienes recojan los laureles, sino otros que vendrán detrás.
“Pensemos en el final de esa hibernación En nosotros existe una gran responsabilidad. Estamos aquí, en la CTC, en el momento justo y en el lugar adecuado. Somos los pioneros de quienes hoy y en adelante estén donde deben estar. El momento de señalar el paso de la brasa al incendio es cosa del Señor de la Historia, de Cristo Rey.
“Por una parte decimos: “del rey abajo ninguno” (así escribió nuestro Lope de Vega). En el momento que haya un rey, la CTC tendrá que hacer como el Cid en Santa Gadea de Burgos, y alguien tendrá que decir qué hacer. Hoy estamos celebrando la fiesta de Cristo Rey. El título de Cristo rey, recordado en por Pío XI en la Quas Primas (1925), sobre todo recuerda que Él es quien da la garantía de quien es rey temporal y quien no lo es.
“Y añadimos: el que se acerca al Carlismo sabe a lo que expone, esto es, a que se le pida algo. Quizás otros que se dicen carlistas nada les pidan, ni siquiera trabajo”.
La bandera de la Esperanza y la llamada al trabajo, cada cual en la medida de sus saberes y fuerzas, estaba alzada.
A continuación, la Excma. María Cuervo-Arango, presidente de la CTC, dio las gracias a los asistentes por estar en esta importante celebración. Recordó a los ausentes, a Domingo Fal, a Trini Ferrando, entre otros. Y dijo: “Todos y cada uno sois necesarios. Nadie nos va a poder sustituir”. ¡Cuánto le agradecemos, señora presidente, que cuente con cada uno de nosotros en sus breves y ponderadas palabras! ¡Siempre apela a nuestro ánimo y responsabilidad, y sabe ingeniárselas para señalar el “Adelante”!
Estaba prevista la presentación del vídeo en CD editado sobre el requeté “Antonio Molle Lazo. Mártir de Cristo Rey (1915-1936)” (España, Ed. Arca de la Alianza, 2012), como singularísimo recordatorio sobre un heroico y genuino requeté, mártir de la Fe y en proceso de beatificación.
Don Juan Carlos García Polavieja dijo en su presentación que este documental era lo que necesitábamos para levantar el espíritu y nuestros corazones. Y continuó:
“La clave es: todo por Dios. No en vano nuestro lema tiene una ordenada y comprensible jerarquía. Dios es el pivote central que encarna nuestra acción.
“Con el ¡Viva Cristo Rey! los carlistas dicen muchas cosas. Un viva a una Persona de carne y hueso, N.S. Jesucristo. Un viva –salvando las distancias- a la familia, a los municipios, a los Fueros, a España, a la hispanidad… porque en América no hay Estados en cuanto suprema potestas, dignos de tal nombre desde que se fue España del solar americano.
“Son momentos críticos. Yahvé fue cortando el número de los que acompañaban a Gedeón, para que se apoyase en unos pocos, es decir, en Él. Cuando seamos “cuatro”, el Señor dirá ¡Basta! y nos dará la victoria, para que se sepa que ésta sólo es Suya.
“Nos acercamos a un punto en que los espíritus de nuestros contemporáneos van a cambiar. Nuestra sociedad cambiará cuando cambien las conciencias. Entonces vendrá la gente detrás nuestra diciendo: “Estos son los que tenían razón”. Por eso, la Comunión debe ser la conciencia político-religiosa, patriótica y foral de la nación española. Y para convertirnos nosotros en conciencia debemos hacer un esfuerzo de conversión dentro de nosotros mismos para que Dios encarne verdaderamente nuestra acción”.
El presentador narró brevemente la vida del mártir. ¿Quién era Antonio Molle? Era un muchacho que en 1936 llevaba recorrida una intensa vida de su infancia y primera juventud. Se alistó al requeté, participó directa y esforzadamente en la Cruzada desarrollada en Sevilla, y luchó en Peñaflor. Hecho prisionero en dicha villa, sufrió grandes tormentos y mutilaciones, mientras respondía a las blasfemias de sus enemigos, diciendo: “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España!”. Sin duda, antes de su muerte martirial el 10 de agosto de 1936, ya era santo.
“Este vídeo –continuó García Polavieja- llega en el momento más oportuno. Sí, por muchos méritos que tengan los aquí presentes, quizás lo más importante en ellos sea que son herederos de los requetés de la Cruzada. Es mucho lo que hoy tenemos que hacer para estar a la altura de Molle Lazo”.
A continuación se visionó parte del CD prometido, que se animo a adquirir para las familias, los amigos y los círculos carlistas. Se vendieron todas las existencias. Así como S.S. Benedicto XVI inaugura el Año de la Fe, todas las palabras y gestos del Día de la Comunión apelaban a la Fe religiosa pero también indicaban el por qué somos lo que somos y, en realidad, qué, quienes, y Quien nos sostiene.
Un asistente mostró en pequeño grupo su convencimiento de que “Ahora y a marchas forzadas se acerca la hora del Carlismo”. Otro, que venía por vez primera al Carlismo, se admiró de que los reunidos no eran personas de edad e individuales aislados como en los partidos políticos del sistema, sino familias enteras, de lo que se alegraba mucho.
Por si interesa, creo que se pueden mejorar dos cuestiones. Una, poner música, que alegra más todavía el corazón. Y dos, la puntualidad para que los asistentes informen a la Secretaría Técnica de su asistencia.
José Fermín Garralda Arizcun
Pamplona, 25-XI-2012
Más Fotografías del Acto Nacional Carlista 2012:
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