20 al 23 de diciembre de 2014 Homenaje a la Inmaculada en Pamplona
El fin de semana del 20 al 23 de diciembre tuvo lugar un homenaje a la Inmaculada Concepción en Pamplona al que acudió un nutrido grupo de jóvenes del Reino de Valencia quienes nos facilitan la presente crónica.
Nosotros, carlistas, no somos la Tradición; sino que somos de la Tradición
El fin de semana del 20 al 23 de diciembre tuvo lugar el acto de RENOVACIÓN DE LA CONSAGRACIÓN DE LA JUVENTUD CARLISTA A SU PATRONA SANTA MARÍA INMACULADA.
Las juventudes carlistas de la CTC– REINO DE VALENCIA acudimos con ilusión a este acto. El viaje de ida fue algo cansado. Alcanzamos a comprender que aquella suave dureza en aquel incómodo autobús sólo hizo de esta experiencia algo más épico.
¡Cuántas gracias hemos dado a Dios por rodearnos de gente como vosotros! ¡Qué fácil se torna de repente todo en la compañía de la fe!
Puestas a sus pies la bandera de Navarra y un Detente sobre la Cruz de San Andrés, gozamos todos de la Santa Misa a nuestra Patrona Inmaculada. El lugar escogido fue el convento de las Hermanas Recoletas Agustinas, de Pamplona. Le pedimos gracias para trabajar por la llegada del Reino Social de Cristo, recogido en esta bella expresión que transcribimos a continuación:
“la civilización del Amor”
Tras esta renovación de Consagración, tuvo lugar la comida. El ambiente fue una maravilla. Ahí tuvimos ocasión de conocernos mejor y charlar y debatir entre nosotros. Quizá algunos calentaron motores para el momento de las intervenciones. Conducidos por el siempre encantador Sancho (Vocal de Juventud de la CTC Reino de Navarra), habló en primer lugar Carlos Veci Lavín (Secretario Regional de la CTC del Reino de Navarra) sobre la militancia política. Tenemos que creer en este apostolado político. De las alocuciones realizadas a continuación por el siguiente orden:
Javier Iriarte, sobre la defensa de la Tradición en la juventud actual y de algunos conceptos como el propio carlismo; Sergio Plaza, (Vocal de Juventud de la CTC Reino de Valencia) que transmitió unas emotivas palabras de apoyo desde la Junta Regional Valenciana; y nuestro querido Santiago Arellano, (Encargado de la formación que reciben los carlistas navarros) que cerrando el círculo, nos explicó la estrecha unión de la Inmaculada Concepción y la sociedad española.
Nos llenó de anhelo, especialmente, el hecho de que todas las mencionadas tomaron como bastón de apoyo sobre el que edificar nuestro trabajo por la Causa, el concepto de formación. Charlando con nuestros queridos hermanos navarros y madrileños, la formación salía a relucir constantemente. Y lo hacía sobre dos subapartados –permítasenos la expresión-: de un lado, la formación religiosa, una formación que es constante en nuestras vidas y que va dándonos forma, puliendo ese diamante que llevamos dentro para posibilitar que los demás vean luces de Dios en nuestros actos; de otro, la inseparable formación histórica, a lo que nos preguntamos si existe algo más históricamente formativo que el conocimiento de nuestra fe, la raíz de esa semilla que cayó en tierra y está llamada a echar raíces profundas.
He aquí algunas de las conclusiones:
Lo que más nos impactó de las juventudes de la CTC– REINO DE NAVARRA (en compañía de otros jóvenes, como por ejemplo de Madrid) no fueron las cualidades de liderazgo manifestadas en todos ellos, sino redescubrir que todos tenemos un liderazgo que realizar sujeto al compromiso de esta noble causa llamada Tradición.
Seguimos vuestro ejemplo, ¡admirables navarricos! Ya tenemos los valencianos día elegido para reunirnos y formarnos: reunirnos en torno al Rey de Reyes y formarnos como familia que reconoce con naturalidad Su Trono en el centro de la vida.
El propósito de ser más marianos. La Virgen María toma nuestros corazones y los conduce al Cristo. Perseverar en la oración a la Madre que nos fue dada, nos parece un precioso propósito para este año que viene.
El carlismo tiene una gran empresa por delante. No por sus medios propios, mas por Quien se alzó. Las siglas, la organización, las personas, los discursos (donde incluimos estas palabras, querido lector), pasarán. El Verbo, no pasará. No se trata de llevar una boina o de cantar el Oriamendi. Todo esto nos une más, eso es cierto. Buscando, no obstante, en el fondo del corazón, de lo que se trata es de enamorarnos. Enamorarnos y hablar del Amor de amores. ¿Cómo vivimos ese amor? ¿Qué hacemos por transmitirlo?
¡Transmitamos amor! ¡No seamos opacos y dejemos pasar la luz! Cuando ese amigo o ese conocido reconozca a Jesucristo como Rey y Señor, tal y como nuestros mártires lo hicieron, que comprendan que el Reinado Social de Jesucristo se concreta, en cierto modo aunque imperfecto, en la sociedad tradicional tan defendida por los carlistas, es cuestión de tiempo. Y ese tiempo para amar, es cuanto tenemos.
Insistimos. Incluso para algunos correligionarios valencianos que pisaban Pamplona por vez primera, la sensación al llegar fue como de una familia que se reúne al fin. Todo este bello encuentro nos sirve como práctica, como refuerzo de lo que significa la Navidad: celebrar en familia, unidos como hermanos, el cumpleaños de Jesús. ¿Se puede pedir algo más?
Porque el futuro nos pertenece. ¡No tengamos miedo!, ¡reclamemos lo que es nuestro!
¡Viva Cristo Rey!
Palabras de Sergio Plaza, vocal de juventud de CTC-Reino de Valencia
Queridos correligionarios, desde la Delegación de la Juventud de la Junta Regional de la CTC del Reino de Valencia, queremos aportar un mensaje de unidad y de esperanza para el Carlismo en general, pero sobre todo para los jóvenes carlistas en particular.
Los que hoy formamos parte de las jóvenes filas de la Tradición tenemos una enorme responsabilidad, por un doble motivo, primero por la historia que nos precede y segundo porque tenemos la obligación de transmitir esa historia enmarcada en los principios de Dios, Patria, Fueros y Rey Legítimo a la España de hoy y a la España del futuro.
El Carlismo representa desde su nacimiento hace 180 años, la defensa irreductible de la religión como fundamento de la política, del tradicionalismo histórico español y de una legitimidad dinástica.
Quienes han militado y quienes militamos hoy en el Carlismo Tradicionalista, hemos mantenido desde sus inicios, una lucha constante contra el liberalismo ideológico y político nacido de la Revolución francesa y que fue infiltrándose en España desde la guerra de la Independencia.
Así pues en esta España, victima de la revolución liberal-socialista que nos está llevando a la destrucción de la nación más grande que jamás haya existido en la historia, los carlistas en general, pero muy especialmente los jóvenes, tenemos un reto ante nosotros al que nos debemos enfrentar con valor, con disciplina, pero sobre todo con unidad.
Ninguna empresa en la vida se consigue, si uno no está convencido de lo que defiende, ni tampoco se alcanza la victoria si no hay unidad y disciplina entre quienes se lo proponen.
Es mucha la carga histórica que recae sobre nuestras espaldas, pero por esa misma razón y porque cada generación debe asumir su propia responsabilidad ante la historia, los jóvenes carlistas del siglo veintiuno tenemos que conseguir superar las pocas o muchas diferencias que en las últimas décadas han dividido al pueblo carlista, así como las traiciones que tanto desde dentro como desde fuera del Carlismo, han afectado al correcto desarrollo de nuestra organización.
Y lo podremos hacer precisamente porque nuestra generación esta libre de esos traumas. Nosotros tenemos el camino abierto, para desarrollar nuestro trabajo sin complejos y desde la libertad que nos dan los gloriosos Principios que defendemos.
Debemos tener un objetivo claro y nítido.
En nuestras manos está nada más y nada menos que la regeneración social, política y religiosa del pueblo español. Ahí es nada.
Tenemos ante nuestros ojos a una España, tristemente representada por unos partidos que se autodenominan democráticos, pero que en realidad son pequeñas dictaduras, que tan solo pretenden alcanzar el poder político y el poder económico, pervirtiendo las más sanas costumbres del pueblo español y convirtiéndolo en esclavo de la revolución.
Además a la cabeza del Estado, un monarca ilegitimo, títere de esos mismos partidos, incapacitado por su propia constitución para desempeñar las funciones que un autentico monarca cristiano debería realizar ante su pueblo.
Pues bien para todo ello las juventudes carlistas, deben comenzar por obtener una autentica formación cristiana que les ayude a desarrollarse en el campo social y político, que les permita contrarrestar el avance revolucionario que cada día va creciendo más y más en España.
Otro punto muy importante que os queremos transmitir los jóvenes valencianos, es la necesidad de crear Delegaciones de Juventud en todas las Juntas Regionales de la CTC, para poder desarrollar un trabajo en común que seguro irá en beneficio de todos y reforzará nuestra organización.
Desde Valencia queremos dar un fuerte abrazo y ofrecer nuestra colaboración a las juventudes carlistas de Navarra, así como a las de todas las regiones de España, que sepáis que no estáis solos, aquí estamos para colaborar y ayudaros en todo lo necesario para vuestra organización.
Un especial abrazo también para el responsable de las juventudes navarras nuestro querido Sancho Guindano, sabes que cuentas con nuestra total colaboración.
Valencia y Navarra, dos antiguos reinos que siempre han mantenido una estrecha relación y con historias y problemas comunes. Porque ni el Reino de Valencia quiere pertenecer a esa entelequia de los países catalanes, ni el Reino de Navarra quiere ser absorbido por el nacionalismo separatista abertzale. No vamos a permitir que nos quiten nuestra identidad histórica. Por eso tenemos un gran reto ante nosotros, por eso hemos de prepararnos, por eso hemos de estar todos más unidos que nunca.
Nuestra divisa debe ser, formación y organización. Formación para hacer frente al enemigo y organización para ser fuertes dentro y fuera del Carlismo y que nuestra opinión sea escuchada y tenida en cuenta en todos los foros carlistas.
Recordaba un viejo carlista valenciano, como los pueblos de Navarra abrían sus casas de par en par, para recibir a los carlistas valencianos, que venían en masa a los grandes Montejurras.
Por ello cueste lo que cueste lo hemos de conseguir, España necesita una nueva generación de carlistas dispuesto a dar la cara y a luchar una vez más por Dios, por España, por las libertades de nuestros pueblos y regiones, y por la Dinastía Legítima.
Viva Cristo Rey, Viva España, Viva el Rey Legítimo.