Unión con Portugal
30.09.06. Recientemente La prensa ha informado de que según una encuesta realizada en el País vecino un porcentaje importante de la población vería con agrado una unión con España.
En su Testamento Político D. Carlos VII nos dejó que uno de sus objetivos era la unión con Portugal, y nos decía que no olvidemos que esa es la meta, añadiendo que para lograrlo teníamos que librar a España de instituciones venidas de países que ni piensan ni sienten como nosotros.
Posteriormente Vázquez de Mella marcaba como uno de los tres “dogmas nacionales” la unión con Portugal y acusaba a la política exterior de Gran Bretaña el mantenimiento de una división totalmente artificial. Observaba que por lo general los ríos y las cordilleras marcaban las fronteras entre países. En nuestro caso es la frontera la que corta perpendicularmente a los ríos y cordilleras.
El Carlismo, en su origen y desarrollo debe mucho a Portugal. O mejor dicho a esa parte de España que no completó el proceso de unión. Dicen los historiadores liberales que el problema dinástico surgió, en la corte de Fernando VII, por un problema de trapos entre las princesas portuguesas y las napolitanas. Hubo un enfrentamiento entre las entonces Infantas Dª. Mª Teresa y Dª. Francisca, por un lado, y la Reina Mª. Cristina y la Infanta Carlota, por el otro. Pero no fue una mera cuestión de vestido, lo que hoy sigue enfrentando a las mujeres, sino doctrinal. Las napolitanas eran liberales y las portuguesas habían sido educadas en la tradición política de las Españas. Francisco Elías de Tejada conocía el nombre y la obra del preceptor que habían tenido.
D. Carlos V, habiendo enviudado de Dª. Francisca, contrajo segundas nupcias con Dª. Mª teresa, la Princesa de Beira. Sabido es la importancia que para el resurgir del Carlismo tuvo la Carta que dirigió a los españoles.
Recuerda Ramiro de Maeztu, en su Defensa de la Hispanidad, que Camoens en su poema “As Lusiadas” dice que los lusitanos eran una gente “esforzada española”. Recuerdo haber leído que cuando Portugal se independizó de España, en tiempos de Felipe IV, protestó la corte de Lisboa porque el Rey de Castilla usase el título de Rey de España. Portugal también era España. Como quiera que sea vemos difícil, que en caso deseable de que la unión legue a ser realidad se pueda usar el nombre España para el Estado resultante. Son muchos los años que se ha venido usando el nombre de España para la Península amputada del reino portugués.
No tiene nada de particular el que haya en Portugal quien desee la unión con España. La división no les ha traído más que perjuicios. Cambó encarecía en una de sus obras a los catalanes para que no llevasen se catalanismo hasta la petición de independencia. Les recordaba el ejemplo de Portugal. Exponía el hecho real de que gozando Portugal de más longitud de costas y de mejor régimen de lluvias, su nivel de vida era inferior al de la región española más deprimida. Algo que hoy no tienen en cuenta los separatistas catalanes.
En realidad ya tenemos un trozo de tierra portuguesa unido a España: Ceuta. Nuestra plaza de más allá del estrecho no ha renegado nunca de su condición portuguesa. Se incorporó a la Corona española con los demás territorios y plazas, cuando Felipe II. En tiempos de Felipe IV no secundó la rebelión y siguió leal al Rey español, como legítimo heredero de la Corona de Portugal.
La independencia de Portugal solo fue posible por la injerencia de Gran Bretaña en los asuntos peninsulares. A cambio de ello Portugal fue una encubierta colonia británica. Por influencia de Inglaterra hubo de participar en el bando aliado en la I Guerra Mundial. Prestó sus hombres como si fueran cipayos. La industria armamentística de la Isla les armó. Para cobrarse Inglaterra arrambló con la riqueza portuguesa. Se llevó hasta la moneda de plata que circulaba. De ahí la crisis económica a la que puso fin Oliveira Salazar. Político que hoy es calificado de dictador por los demócratas. Con lo que éstos dan una prueba más de que la democracia arruina los pueblos y tiene que recurrir a la dictadura para su recuperación.
¿Cómo se llegará a la unión con Portugal? Imposible con el actual sistema de autonomías. Cuando este marcha en la dirección (decimos “marcha”; otra cosa es que llegue) de la desintegración de España, no es posible pensar en una integración portuguesa. Tampoco es posible con un estado centralista y jacobino. La unión con Portugal sólo puede llegar por los caminos que marcaba D. Carlos VII: por medio de una monarquía católica y foral.
Carlos Ibáñez Quintana