6/1/15 Día de la Monarquía Tradicional en Valencia
En la ciudad de Valencia ha tenido lugar la celebración de la festividad de la Monarquía Tradicional, que como siempre coincide con la Epifanía del Señor. Con este motivo, los carlistas valencianos han encargado una misa en sufragio por el alma de todos los reyes católicos y tradicionales de las Españas en la parroquia del Buen Pastor, de la capital valentina, a las 11 de la mañana.
A continuación, transcribimos las palabras de don José Miguel Orts, ex-presidente regional y actual consejero de la Comunión Tradicionalista, con este motivo en el día de hoy.
“El calendario católico nos brinda nuevamente ocasiones de reflexionar sobre las cuestiones que afectan al Bien Común. En el día de la Epifanía del Señor las figuras de los Magos de Oriente nos llegan integradas en la cultura con facetas para todos los gustos. El eco de sus ofrendas de oro, incienso y mirra al Mesías recién nacido resuena en los hogares cristianos de España en los regalos familiares.
Desgraciadamente para muchas familias esta fiesta entrañable pondrá al descubierto carencias y necesidades básicas desatendidas, en medio del barullo consumista.
Por eso esta fiesta ha de constituir una llamada a la justicia y a la solidaridad.
La tradición en su iconografía nos presenta a estos personajes bíblicos como monarcas poderosos postrados ante el Rey de Reyes, fuente y origen de toda potestad.
Por eso la Monarquía celebra en esta fiesta la Pascua Militar. Y los carlistas, monárquicos legitimistas, celebramos el Día de la Monarquía Tradicional. Y por extensión, el Día de la Legitimidad, sustancia de la verdadera Monarquía cristiana.
La legitimidad es un concepto extraño a la democracia establecida: para el sistema y su cultura todo vale si está decidido por la mayoría. No hay límites para el legislador sea un tirano, un parlamento o un cuerpo electoral. No hay derecho humano que pueda resistir a los votos, por muchas declaraciones universales que se proclamen.
Pero en este Día de la Legitimidad, conviene recordar que por encima de la ley positiva, por encima de las ideologías hay leyes que la voluntad de los hombres no debe infringir. Que estas leyes no sean reconocidas no significa que no existan.
La ley natural es previa a las convenciones humanas. Y la interpretación auténtica de la ley natural corresponde a la entidad instituida al efecto como función irrenunciable e ineludible. Las leyes contrarias a la ley natural no son legítimas, por muy legal que sea formalmente el órgano administrativo que las dicte.
Las leyes, para ser legítimas, requieren adecuarse igualmente a la Tradición constitucional de cada pueblo, en la medida en que ésta no contradice el Derecho Natural.
Por ello hay que denunciar la voladura de la familia basada en la paternidad legítima, como origen de la desvertebración de la sociedad.
Sin legitimidad familiar no tiene sentido la monarquía hereditaria.
Una monarquía desvinculada de la legitimidad se convierte en un instrumento de subversión social y no merece acatamiento.
Cada institución debe cumplir sus fines o desaparecer.
No se puede reducir la legitimidad al consenso sin vaciarla de significado.
Este podría ser el mensaje de la Comunión Tradicionalista Carlista en el Día de la Monarquía Tradicional, en torno a la cual se construyeron las Españas.”