Obituario de Juan Carlos García de Polavieja, por Javier Barraycoa

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Ha fallecido nuestro correligionario Juan Carlos García de Polavieja. Recuerdo una temporada en la que el consejo y el criterio de Juan Carlos fueron decisivos para que la Comunión no se desviara de su rumbo. Deja una familia estupenda. Descanse en paz. (Javier Garisoain, presidente de la Comunión).

OBITUARIO: Juan Carlos García de Polavieja, leal a la Causa

Por Javier Barraycoa

Nos hemos enterado del fallecimiento de un gran amigo, Juan Carlos García de Polavieja. Leal de la causa tradicionalista. Nos conocíamos allá por 1979, o quizá 1980. La memoria falla. Nos habíamos reunido un grupo de jóvenes de toda España para celebrar la fiesta de los Mártires de la Tradición en Bocairent (Alicante). Pasamos la noche casi a la intemperie cantando alrededor de un fuego de Campamento (Qué tiempos en los que éramos libres de encender un fuego). Se cantaron canciones, discutimos desde nuestra inocencia de política y esas cosas y, en un momento dado, todos a una nos pusimos a rezar el rosario por la salvación de España. Son de esas noches que nunca se olvidan. El joven más veterano era Juan Carlos.

Desde entonces su vida discurrió y me sería difícil explicarla. Su vocación de profesor no se vio exenta de dificultades por sus ideas, llegando a ser Profesor emérito de Sociología de la Cultura de la Universidad de Puebla. Siempre fue fiel a sus ideales antes de callarse. Fue padre ejemplar de familia numerosa. En su vida hubo muchos sacrificios y muchas pruebas, pero siempre tuvo tiempo para reflexionar, escribir y asumir responsabilidades en las organizaciones carlistas o colaborar en prestigiosos digitales como Religión en Libertad. Era una persona que todo lo miraba con desde la trascendencia. Para él, la política no tenía sentido sin una Teología de la Historia que la respaldara. Su magisterio lo supo transmitir en conversaciones, escritos, y muchas veces interpelando a nuestra responsabilidad histórica. No ha fallecido por el Covid-19, pero sí indirectamente a causa de él. Da igual. Dios ha querido llamarlo en este momento y no somos nadie para protestar ante Su Voluntad.

Como siempre, pido oraciones por su alma y le digo, como decimos aquí en Cataluña, “ens veiem al Cel“.