Sevilla Carlista – Manifiesto Carlista a favor de la vida humana
Manifiesto de la Comunión Tradicionalista Carlista en Andalucía en Defensa de la Vida Humana
En el Día de los Santos Inocentes de 2024
En el mundo moderno y democrático el valor de la vida humana ha pasado a ser un asunto negociable y sujeto al mercadeo político.
Frente a esto, los carlistas nos proclamamos defensores de la dignidad y el respeto inalienable debido a toda vida humana, y elevamos nuestras voces para reafirmar la sacralidad de la vida desde su concepción hasta su muerte natural.
El aborto constituye hoy una de las mayores afrentas a la vida humana. Cada vida, desde el momento de la concepción, posee un valor intrínseco, como depositaria de un alma inmortal insuflada por Dios, Ante esto, negamos tajante y completamente cualquier supuesto, plazo o situación que pretenda negar la condición de crimen abominable de todo aborto provocado.
Cuando hablamos de aborto, demasiadas veces perdemos de vida la ingente cantidad de ellos que se producen con la manipulación genética de embriones y las técnicas de fecundación in vitro. Proclamamos que cada embrión merece ser tratado con el mismo respeto y dignidad que se le da a cualquier ser humano adulto, no pudiendo reducirlos a material de laboratorio ni para su creación ni para su manipulación, ni para su desecho. Estas prácticas han convertido a la vida humana en un producto que se comercializa y se valora en términos de utilidad, lo cual es profundamente inmoral.
La eutanasia, o el acto de terminar con la vida de una persona con la excusa de aliviar su sufrimiento, es igualmente inaceptable. La vida humana no debe ser tratada como un problema a resolver mediante la muerte, La verdadera compasión se demuestra a través del cuidado, el acompañamiento, el alivio del dolor y el apoyo emocional, no mediante la terminación de la vida. Creemos en que toda vida es digna de ser vivida hasta su fin natural, con apoyo y amor.
Los carlistas denunciamos y acusamos de criminal no a una ley o a un gobierno concreto, sino a un sistema político como la democracia liberal que promueve la idea de que todos los valores son negociables y que la verdad es subjetiva. No es cierto. La Verdad es la Verdad, independientemente del consenso que pueda suscitar o del número de votos que la respalden. Asuntos como la defensa de la vida humana no puede estar sujetos a votaciones o a cambios de opinión. La verdad sobre la dignidad de la vida es objetiva y universal. La democracia liberal, sustentada en el relativismo, socawa los principios fundamentales de la dignidad humana, haciendo imposible una verdadera defensa de la vida desde una perspectiva ética y moral coherente.
Los carlistas seguimos y seguiremos peleando por un mundo regido por el derecho natural, donde la vida humana sea valorada y protegida en todas sus etapas. Rechazamos la cultura de la muerte propia de este régimen y promovemos una cultura de vida, amor y respeto. Exigimos políticas y leyes que protejan a la vida. La defensa de la vida no puede ser una opción, es una exigencia moral.
Terminamos recordando las palabras que el Papa San Juan Pablo II pronunció en su primera visita a España en 1982: “ninguna persona o institución, privada o pública, puede ignorar respeto absoluto a la vida humana. Por ello, quien negara la defenso o lo persona humana más inocente y débil, a la persona ya concebida, aunque todavía no nocida, cometería una gravísima violación del orden moral”.
VIVA CRISTO REY
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enero 2025 | ||||||
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