Cena de Hermandad en Aldaya

27.01.07. En la fría noche del sábado 27 de enero los carlistas valencianos hemos sentido el calor de la cena de hermandad organizada por los carlistas de Aldaya, con motivo del homenaje a la extinta banda de cornetas y tambores de la localidad.

Alrededor de medio centenar de personas, incluyendo varias familias con sus niños, hemos disfrutado de una agradable cena en el bar restaurante san Isidro de la localidad huertana. Se han congregado allí, no sólo simpatizantes de Aldaya, sino también de Valencia y de otros pueblos cercanos como Quart de Poblet o Alacuás. Sin olvidar los amigos de la juventud tradicionalista venidos de Gerona o Albacete, a los que agradecemos su presencia.

Al término de la cena se han pronunciado varios discursos. En nombre de la vocalía de juventud su secretario de comunicación, Luís Amorós, ha presentado en breves palabras la labor que la Comunión Tradicionalista Carlista está realizando en su esfuerzo por llevar a los jóvenes los principios de Dios y el amor a España, invitando a todos a unirse a la misma. Pascual Martín Villalba, presidente del círculo cultural Aparisi y Guijarro, ha hecho un repaso a la situación actual española, dominada por un sistema negador de Dios, en cuya cumbre un personaje indigno usurpa el noble trono de san Fernando, permitiendo con su complicidad la república coronada en la que vivimos, y en la que se persiguen los valores cristianos que hicieron grande a nuestra Patria. Ha hecho además un breve repaso a la lucha que en Valencia se ha librado durante más de 30 años, y en la que ha sido uno de los principales adalides, contra el imperialismo cultural y político del nacionalismo catalán. La defensa de la Tradición valenciana, profundamente enraizada en la hispanidad, ha sido una de las banderas más destacadas de la labor del Círculo cultural Aparisi y Guijarro. Don Pascual ha contado también algunas anécdotas vividas en primera persona sobre los políticos liberales de la llamada transición, dispuestos a vender las señas de identidad valencianas en el estatuto de autonomía promulgado, a cambio de repartirse el poder convenientemente. Si se logró defender con éxito la bandera tradicional de todos los valencianos (y, parcialmente, su varias veces centenaria lengua), fracasando en cambio en lograr mantener su nombre histórico de reino de Valencia, fue básicamente por la labor del Grup de Acció Valencianista, que presidía en aquellos años, y de otros grupos culturales valencianistas, ya que los políticos del sistema cuyos herederos dominan ahora nuestro reino, entregando nuestra lengua a los filologos nacionalistas, estaban dispuestos a rendirlas frívolamente, como siempre han hecho y harán, a cambio del poder. Con una divertida anécdota ironizando la llamada “batalla de Valencia” de los años 70 ha concluido su intervención, recibiendo un nutrido aplauso.

Ha cerrado el acto José Monzonís, en representación del presidente de la CTC del Reino de Valencia, José Miguel Orts, todavía convaleciente de los problemas de salud que afortunadamente está superando. El ponente ha expresado a los asistentes el significado de la misión del carlismo en la sociedad anticristiana existente, muchas veces con la colaboración de algunos obispos, en la que los poderes públicos niegan a Dios. El carlismo, ahora como siempre ha hecho, es la respuesta de la sociedad católica madura, que defiende aquellos valores que nos identifican como Patria. Mantener la llama de los valores eternos de la España católica es la misión hoy en día del carlismo. Cuando esta sociedad sin principios ni moral halle el previsible final al que está abocada, se apagarán todos los fuegos fatuos del progreso sin alma, y entonces la pequeña llama del tradicionalismo se convertirá en la única luz a la que acudirán los españoles de bien, hoy confundidos por la falsa política del mal menor. También ha repasado la actualidad valenciana desde la óptica carlista, haciendo hincapié en que la disolución de los signos identificativos de los valencianos, que es presentada como algo sin importancia, es la base para acabar con el pueblo valenciano.

Tras la ovación que ha recibido el ponente, se ha abierto un breve turno de tertulia, tras el cual nos hemos despedido, con la promesa de repetir este tipo de actos, que nos unen más y nos consuelan en la situación tan difícil que nos ha tocado vivir.

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