Nota: consideraciones de los carlistas valencianos sobre la batalla de Almansa

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25.04.2007. Hoy se conmemora el 300 aniversario de la batalla de Almansa, vencida por las tropas de Felipe V de Borbón sobre las del archiduque Carlos de Habsburgo, que supuso el triunfo del monarca francés, la abolición de los fueros valencianos y, a la postre, también los aragoneses y catalanes. Nadie sensato consideraría motivo de celebración para nuestro pueblo la fecha de la pérdida de sus usos, costumbres y libertades tradicionales, pero dado que los grupos nacionalistas han convertido desde hace cierto tiempo este día en un símbolo de odio a España, los carlistas valencianos, único movimiento político genuinamente foralista que hay en nuestro reino, nos sentimos en la obligación de efectuar en voz alta varias reflexiones al respecto.
 
1)      La guerra de sucesión a la corona española fue un conflicto dinástico, en el que los reinos de Castilla, León y Navarra se inclinaron por el pretendiente Borbón y los reinos de la Corona de Aragón por el pretendiente Habsburgo. En ningún caso se trató de una guerra de España contra nuestra Corona, ni mucho menos contra el reino de Valencia, como propala falsamente el nacionalismo en una de sus ya habituales manipulaciones de la historia para justificar sus ataques a España.

2)      La supresión de los fueros valencianos por el rey Felipe V fue sin duda un acto de represalia contra los que se habían alzado contra él (véase la bárbara e injustificable destrucción contemporánea de Játiva), así como un modo de destruir los derechos y capacidad de los valencianos de hacerse escuchar por el poder real. Sin embargo, esta acción tuvo también un calado administrativo más duradero: la unificación y centralización del estado, de la que sólo se libraron el reino de Navarra y las provincias vascongadas por su lealtad al monarca triunfante. Queremos resaltar el significativo hecho de que la centralización y el antiforalismo fueron señas de identidad del régimen de gobierno absolutista, inventado e importado de la corte de Luis XIV de Francia y ajeno por completo a la tradición política española. Como tantas otras aberraciones posteriores, también entonces fueron consideradas medidas modernas y eficaces.

3)      Los carlistas valencianos hacemos notar a la sociedad que tal centralización no fue abolida por la revolución liberal francesa de 1789 que, muy al contrario, la fortaleció en todos sus extremos. Todo el pensamiento liberal que ha dominado en Europa desde hace más de un siglo es heredero directo de esa consigna centralizadora y antiforalista, incluyendo los partidos políticos actuales; tanto los de ámbito nacional, que juegan a foralistas haciendo cesiones autonomistas sin entender que el fuero era ante todo uso y costumbre y leyes propias cuyo respeto se pactaba entre la sociedad y el poder, y no concesiones graciosas de poderes estatales, como los nacionalistas regionales que, bajo pretexto de reimplantar los fueros, y dominados por los engaños del romanticismo político, quieren crear pequeños estaditos centralistas en cada una de las Españas, balcanizando y destruyendo el crisol de pueblos de nuestra Patria que tantas glorias dio al mundo y a la Iglesia.

Traemos a colación las palabras de S.M.C don Carlos V el 19 de marzo de 1834 a los aragoneses, prometiéndoles la restauración de sus fueros, y definiéndolos como “el númen tutelar de aquella parte tan preciosa de las Españas”. Los carlistas pedimos una oración por el eterno descanso de los muertos en aquella batalla y en aquella triste y fratricida guerra, y apelamos al recuerdo de las promesas de los monarcas legítimos para pedir que los fueros sean restaurados en su constitución original y adaptada a nuestros tiempos, y que dejen de ser usados para sembrar el odio entre hermanos.

Junta Regional de la Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia

25 de abril de 2007, festividad de san Marcos evangelista, propagador de la Verdad de Cristo frente a las mentiras del mundo.