Aplec carlista de Montserrat 2008

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30.09.08. El pasado 28 de septiembre nos reunimos los carlistas catalanes, una vez más, en la sagrada montaña de Montserrat. Al encuentro acudieron familias carlistas que confirieron al acto un carácter alegre y festivo. La Santa Misa fue oficiada a las 12 h. por el P. Cano, de la Unión Seglar, en el Mausoleo del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat. En el sermón, salpicado de referencias a consignas que los reyes carlistas daban a sus seguidores, se insistió en la necesidad de prepararnos par tiempos difíciles; tiempos posiblemente de persecución. Frente a las promesas del Estado de Bienestar, las familias deben saber educar a sus hijos en el sacrificio y en los ideales.
Tras la Santa Misa, el sacerdote rezó un responso por los muertos por Dios y por España del Tercio y por los fallecidos de la Comunión Tradicionalista Carlista, frente a la estatua del Requeté.
Al responso le sucedieron los discursos. En primer lugar habló D. Miguel Ángel Belmonte. Rememoró el orador el primer alzamiento carlista de 1833. La gesta de un hombre, que pudo parecer en su momento insignificante, desató 175 años de carlismo en España. Por eso, aunque a veces nuestras actividades parezcan escasas y frágiles, nadie sabe cómo serán utilizadas por Dios en los planes de su Providencia. Resaltó también la fragilidad del mundo político actual y la necesidad de estar constantemente preparados. Al igual que nadie pudo prever la caída del comunismo, tampoco nadie pudo prever la actual crisis del capitalismo. De ello se desprende la urgencia de actuar, no en función de los posibilismos, sino de los principios y desde la convicción.
Es hora de empezar por lo concreto: afiliarse, suscribirse a nuestras publicaciones, etc. También se tuvieron palabras para los voluntarios del Tercio que supieron responder a lo que los tiempos les demandaba.
Tomó la palabra después la Presidenta de la Junta de Gobierno de la CTC, Dª María Cuervo Arango Cienfuegos-Jovellanos. Nos había honrado con su visita para animarnos a conseguir un local y seguir en la brecha. Sus palabras, como siempre, fueron de ánimo y exigencia. Demandándonos seguir trabajando sin desfallecer.
Tras los vítores y el canto del Oriamendi, los asistentes se dispusieron a comer. Los más jóvenes y las familias tuvieron comida campestre y los más mayores comieron en el Restaurante Montserrat. Por la tarde los que habíamos subido en autocar, regresamos contentos a Barcelona, por haber cumplido un año más con nuestros muertos. Crónica de CTC-Cataluña