Días de resistencia para días de gran esperanza. Educación para la ciudadanía (o la tiranía)
07.09.09. Ante el nuevo curso escolar, apoyamos el impulso cada vez mayor que presenta la oposición social a la asignatura “Educación para la ciudadanía” (o la tiranía). Son muchos en la sociedad, aunque pocos en la política, los que agradecen el esfuerzo a veces heroico de las familias que, pensando en ellos mismos, en el bien de su Centro educativo y en el Bien Común, se resisten a la imposición de esta asignatura por el Gobierno.
Esta resistencia ya se ha convertido en un símbolo, y es una de las mejores esperanzas para nuestra sociedad y la del futuro, cada vez más vulnerada en sus derechos por las decisiones abusivas de unos u otros Gobiernos del signo que sean.
Hace dos años, muchas familias reaccionaron en Navarra en defensa de sus derechos y libertades fundamentales contra los Reales Decretos del Gobierno (PSOE) que imponían la EpC, desgraciadamente admitidos e impuestos por UPN ya antes de las elecciones al Parlamento de Navarra.
Desde hace dos años, como padres de familia, como miembros de la sociedad, y personas activas en el ámbito de la política, hemos aplaudido y estimulado la resistencia popular, y participado en ella, a unos Reales Decretos estatistas, que caen en un totalitarismo cada vez más al descubierto.
Hemos participado en la defensa de la patria potestad de los padres y del derecho de los hijos a ser educados por sus padres y no por un Estado que nunca debe considerarse con poderes ilimitados, ni tampoco ser “neutro” ante la moral natural básica y la religión católica -a las que por otra parte, además de ser ambas liberadoras, debiera sujetar su acción de Gobierno-. Así mismo, hemos participado en la protección del derecho de la Iglesia a que no se violente las conciencias de las familias católicas, que además siguen siendo gran mayoría social en las escuelas privadas y de administración pública. Hemos apoyado el derecho de los profesores a educar por delegación de los padres, conforme a la verdad y al Bien Común, y el derecho de los Centros educativos, sean de iniciativa social o bien administrados por el poder civil, a una auténtica libertad educativa.
Los padres y la sociedad educativa no deben ceder ante la violación de sus derechos fundamentales o ante cualquier tipo de presión social, institucional o política. Primero, por respeto a sus propias obligaciones y derechos. Segundo, para cumplir su deber de solidaridad con todas las familias. Tercero, porque el Estado tiene unos límites que nunca debe sobrepasar, de manera que si lo hace cae en un totalitarismo cada vez menos encubierto. Además, el Estado no debe proponer ni imponer contenidos abierta o tácitamente inmorales. Cuarto, porque los padres de familia son los mejores garantes de la libertad de sus Centros y de la misma sociedad civil.
La Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra ha señalado su criterio al respecto mediante diversas Notas de prensa, y siempre ha reconocido a las familias navarras su derecho a la objeción de conciencia, animándoles a no ceder y a ser solidarias entre sí.
Aunque el Tribunal Supremo haya desechado de alguna manera en enero de 2009 la objeción de conciencia, son más de 52.000 escolares objetores en España, además de otros que no han comunicado a nadie su objeción. Miles de padres mantienen su objeción de conciencia, desean recurrir a otras instancias institucionales, y diversas sentencias de los Tribunales Superiores de Justicia de Aragón entre otros, amparados en la Jurisprudencia, han admitido objeciones de conciencia.
Nuestra satisfacción por la resistencia de muchos padres navarros a quienes animamos a mantener sus actitudes. Ante la ley del silencio y el aislamiento, ante el miedo y los falsos respetos paralizadores, así como ante la desinformación apta para ahogar la sana reacción existente, ojalá las familias puedan informarse adecuadamente, y se sumen a este movimiento cívico en defensa de las libertades educativas de las familias, los profesores y los Centros educativos públicos y privados, sean estos o no concertados.
El ejercicio de la objeción es fácil. Hay asociaciones cívicas en toda España, incluida Navarra, que informan sobre él, lo facilitan, y dan cobijo en el caso que su ejercicio presente algún problema. Basta conectarse en la Red.
Nuestro deseo para el comienzo de curso escolar es la unión y la solidaridad entre todos. La unión hace la fuerza, y las reacciones respetuosas como la objeción de una conciencia bien formada y que cumpla los requisitos básicos -pues no es ilimitada- abren un futuro de esperanza. La sociedad necesita el respeto total a los verdaderos derechos y libertades fundamentales de todas las personas y familias -gran parte de ellas católicas como muestra la elección de la asignatura de Religión católica en las escuelas- y que ello sea fundamento del Derecho.
Pedro Juan Urroz, Vocal de Educación de la Junta Carlista de Navarra (CTC)