Consagración del carlismo al Sagrado Corazón
20 de junio. El pasado 18 de junio, tras la Asamblea de la CTC de Cataluña, la Junta Regional de Cataluña realizó la tradicional consagración del carlismo al Sagrado Corazón. Recordemos que el acto de consagración del carlismo fue realizado y ordenado por don Alfonso Carlos y que durante muchos años fue realizado en el templo del Tibidabo en el mes de junio. Este año se realizó en la Iglesia del Santísimo Sacramento de Barcelona. Desde la Junta Regional de Cataluña se anima a todas las juntas a realizar el acto de consagración, cuyo texto fue el siguiente:
Consagración del Carlismo al Sagrado Corazón de Jesús
18 de junio de 2011
¡Señor mío y Dios mío Jesucristo! Adoramos reverentemente tu corazón inflamado de amor y herido por nuestros pecados. Nos unimos personalmente a tus designios de redención y salvación de las almas y de las naciones. Personalmente, queremos hacer del sacrificio de la cruz y de la Santa Misa el centro de nuestras vidas, que nos impulsen a crecer en tu amor y a cooperar en la expansión de tu Reino.
¡Oh Jesús, vivo y glorioso en el cielo y en el Sagrario! Nos entregamos en cuerpo y alma a Ti. Confiamos plenamente en Ti, en todos los momentos de nuestra vida y especialmente en el momento de la muerte. Aceptamos la vida y la muerte que nos haya destinado tu divina Providencia, para nuestra santificación personal y salvación eterna. Todos los aconteceres de nuestra vida, incluidas todas las pruebas que nos envíes, los viviremos como una muestra del amor misericordioso que emana de tu Corazón.
¡Oh Jesús Rey de las almas! Como carlistas, como herederos de aquellos que entregaron sus haciendas y sus vidas por tu Causa y la de tu Iglesia, queremos consagrarte nuestra lucha multisecular. Señor Jesús, queremos que reines en nuestros combates, espirituales y personales, pero también sociales y políticos. Danos luz, para discernir entre tanta oscuridad; danos fortaleza, para luchar en nuestra fragilidad; danos prudencia, para acometer nuestros deberes; danos en fin esperanza, para que nuestras fuerzas no desfallezcan.
¡Oh Jesús, Rey de las naciones! Queremos consagrarte nuestras familias, para que en ellas no entre la división ni la discordia. Que nuestros hijos perseveren en la fe recibida y que no les invada la tibieza. Haz de nuestras familias fortalezas de la tradición y verdaderas iglesias domésticas. Queremos Señor Jesús consagrarte también las Españas y la Hispanidad entera. La que fuera tierra de María, quiere seguir siéndolo. Señor no abandones nuestra Patria, cuyo suelo está regado con la sangre de innumerables mártires; de cuyo seno salieron hornadas de santos y evangelizadores. Señor no abandones nuestra nación. Envía tu Espíritu para que renueve la faz de esta tierra, que tanta gloria y honra te ha dado.
¡Oh Jesús Rey de Reyes! Ante la orfandad política que sufrimos, queremos entregarte el cetro de la autoridad legítima de las Españas, para que, en ausencia de un Rey, custodies Tú nuestra nación. Queremos consagrar a Tu Corazón la Autoridad legítima ahí donde se hallare. Señor ilumina a aquél que un día ha de recoger el gobierno legítimo de las Españas y ser digno sucesor de la dinastía carlista y de las dinastías que rigieron los destinos de nuestra Patria.
¡Oh Misericordioso Corazón de Jesús! Somos sabedores de nuestra debilidad, de la escasez de medios, de la flaqueza de nuestras voluntades. Suple Tú, Señor Jesús, nuestra nada. Fecunda nuestro entusiasmo, danos tu alegría. Permite Señor que, como el anciano Simeón, podamos ver cumplidas tus promesas sobre nuestra Patria. ¡Reina Señor! ¡Reina con más predilección que en otras partes! Te lo pedimos por intercesión del Inmaculado Corazón de María, al cual nos consagramos también; y por intercesión del justo Corazón de José, custodio de la Sagrada Familia y de España. Amén.