Consagración de las Juntas Carlistas a San Miguel de Aralar

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Arcángel San Miguel, protector y defensor de la fe del Reino de Navarra y de todas las Españas,

Tú que un día no dudaste en alzarte contra la rebeldía que el más bello de los ángeles promovía contra Dios, dígnate acogernos bajo tu protección y amparo a fin de que, animados con tu ejemplo y fortalecidos con las gracias que consigas de nuestro Dios, las Juntas de la Comunión Tradicionalista Carlista aquí representadas se hagan merecedoras de convertirse en instrumentos dignos que aceleren la implantación del Reino de Cristo y hagan posible el resurgir de la civilización del amor, donde el hombre no sea ya explotado por el hombre, sino mirado como hermano; donde toda vida humana se respete y se propicie desde la concepción hasta la muerte natural; donde la familia, comunidad de vida y amor fiel e indisoluble, sea considerada la célula básica de la sociedad; donde el trabajo no sea mirado como medio para medrar, sino como desarrollo de la persona y servicio de todos los hombres; donde la libertad y la justicia tengan como fundamento la verdad; donde la vida social sea contemplada como un cuerpo vivo en el que cada parte asegure el bienestar y plenitud de la totalidad; donde el ser se ponga por encima del tener, la solidaridad por encima del egoísmo; donde el gobernar sea servir; saber más, servir más; poder más, ser más eficaz en la entrega; donde la peculiaridad de los pueblos sea valorada como riqueza de la humanidad y la totalidad de los pueblos y de las naciones se configuren como un único pueblo cuyo Dios sea el Señor.

Alcánzanos sagacidad para ver la raíz de los males que descomponen a los hombres y a los pueblos, firmeza para denunciarlos y oportunidad para proponerles y conseguirles el remedio. Ten compasión de quienes hemos confiado en el poder de Dios y no en nuestros brazos y alcanza del Señor que, no por nuestros méritos sino por su misericordia, seamos convertidos en instrumentos útiles de su gloria. Las Juntas de la C.T.C. aquí presentes se acogen a tu protección y te suplican tengas a bien admitirlas bajo tu patronazgo. Cumplen hoy, por decimosexto año consecutivo, el compromiso de acudir a tu Santuario anualmente para renovar su promesa y la solicitud de tu protección.

¡Viva Cristo Rey! ¡Viva San Miguel!

 San Miguel de Aralar, 26 de junio del 2005