La voz de las víctimas
11.04.2007. José M.ª Urquizu
El 16 de marzo del presente año El Correo de Bilbao publicó un artículo dando cuenta de la inauguración en Durango de un monumento a las víctimas de ETA. Informaba, a la vez, que los familiares de uno de los asesinados se negaban a que su nombre figurase en dicho monumento.
Eran los hijos del Teniente Coronel de Farmacia Urquizu Goyogana, cuyo abuelo fue voluntario de Carlos VII. Por tratarse de un amigo, nos dirigimos a su hijo José María.
Éste nos informa que al enterarse del proyecto del Ayuntamiento dirigió una carta al Alcalde de Durango, con fecha 2007, que fue contestada, sin responder a ninguna de sus acusaciones, viniendo a decir que no pretendían lavar sus conciencias, sino “corregir conductas equivocadas”.
Con fecha 29 de marzo dirigió un escrito al director de El Correo titulado “El Beso en la boca”, con el ruego de publicación. En el mismo incluía unos párrafos de la carta dirigida al alcalde de Durango y añadía unos comentarios finales. Reproducimos el escrito.
EL BESO EN LA BOCA.
Y un último tema, para mí el más importante. Se refiere a esa especie de felicitación que nos ha enviado estos dos últimos años en la que nos habla de no sé qué “conflicto” y dice ponerse a nuestra disposición para cualquier tema. Le diré que me hubiese gustado creerle y quizás hasta lo hubiese hecho hace, veintiséis, veintitrés o veinte años, pero ya no. Si fuese cierto lo que dice (no hace falta ser alcalde para hacerlo) hace tiempo que habría acudido a consolar a mi madre o interesarse por nosotros, por nuestra situación, habría escrito o visitado en alguna ocasión. Le recuerdo que fue usted concejal durante varios años y ni a usted ni a nadie de su partido le hemos visto jamás en veintisiete años en nuestra casa, ni a ningún representante institucional, ningún lehendakari, ningún concejal…..y le incluyo a ese personaje que arteramente dice estar cercano a las víctimas, que últimamente se dedica a pasear por el resto de España y q1ue viviendo en Durango, no siquiera es capaz de saludar a los de su pueblo (me refiero a Iñigo Urkullu)
Nosotros no tenemos ningún conflicto más que el que ustedes han creado. Yo tengo presente el “algo habrá hecho”, “no era de los nuestros”, el nombramiento de un criminal dirigiendo la Comisión de Derechos Humanos, las declaraciones de su portavoz, todavía hace bien poco, diciendo que había que desactivarnos y que las víctimas éramos personas “non gratas” y un sinfín de “lindezas” con el que nos han demostrado su cercanía todos estos años…….
…..Finalmente me llegan rumores de que el Ayto. va a realizar un monumento a las víctimas de este municipio y como seguramente seremos los últimos en enterarnos, le adelantaré que nosotros no necesitamos ni consentimos ningún monumento que haga referencia a nuestro padre, que no sea sentido. Y a los hechos me remito. Quiere esto decir que quien necesita esos monumentos es el nacionalismo, para lavar su conciencia ante la historia, donde no debe ser muy agradable permanecer por los siglos de los siglos salpicado de sangre, ya sea por emisión o por omisión…
….A estas alturas ya no aceptamos ningún homenaje hipócrita, falso, cobarde y en cualquier caso interesado.
(Hasta aquí mi carta al Alcalde).
….Y lo hicieron, claro que lo hicieron, Faltaría más. El mes que viene hay elecciones. Pusieron su monolito ensangrentado, para que lo pintarrajeen, lo vuelen o como urinario para sus gudaris. En un acto inadvertido, en una plaza “patas arriba”, llena de obras. Un jueves a las 11 de la mañana, día laborable, consiguieron reunir a diez personas, la mitad políticos, con la brillante excusa de que a algunas víctimas no habían podido localizarlas y de paso engañaron a COVITE, a quienes habían prometido una serie de condiciones, ninguna de las cuales cumplieron. Ese era todo el tributo que el Ayto. considera que merecían los nueve asesinados de Durango. De esta manera nos ofenden un poco más y es más fácil tildarnos de rencorosos, resentidos y vengativos. Siempre esparciendo infundios por sus mentideros, fieles a su estilo “difama que algo queda”. Habrá mastuerzos que les crean y cobardes que callen. Mi tiempo ya no existe para ellos. Sólo lo siento por las víctimas, por fortuna pocas, que siguen esa estrategia, y a ellas les pediría que reconsideren si la dignidad de las víctimas y la memoria de los asesinados no exigen una mayor solemnidad.
El gran problema es que cada segundo nace un ingenuo que tarda quince, veinte o cincuenta años en volverse sagaz, tiempo más que suficiente para que los de siempre, los sin escrúpulos, sigan dirigiendo los rebaños y/o se llenen los bolsillos. Desengáñense de una vez. Nosotros les importamos un bledo a unos y a otros, salvo en la medida en que puedan sacar algún provecho. Así de claro. El que no lo vea ahora, lo verá después.
Y antes de que los miopes saquen sus conclusiones partidistas, añadiré que si buscase el aplauso de la otra mitad del pueblo acabaría aquí estas líneas. Pero quiero que esas tribus políticas terminen de entender que los asesinados no tienen precio. Al menos mi padre es sagrado y su recuerdo intocable, especialmente para quienes nunca hicieron nada por él, ni por sus hijos y dejaron morir de pena a mi madre.
Y aquí incluyo al resto de concejales, especialmente a los conocidos y a los que me llaman amigo, que sí tuvieron toda mi solidaridad cuando a ellos les tocó y han sido incapaces de notificarme absolutamente nada de lo que estaban tramando en el Ayto. ni siquiera al día de hoy. A partir de ahora, ni amistad, ni votos.
Hace algunos años, un importante General, ante dolidas críticas dirigidas al Ejército por su comportamiento con las víctimas, me dijo que lo que pretendíamos era el “beso en la boca”. Aquella frase me dolió profundamente durante mucho tiempo. Yo entonces llevaba a cuestas más de veinte años en la A. V. T., desde su fundación y muy unido a sus tres presidentas y soy de los que solo conocí portazos, negativas desconfianzas, seguimientos y un largo etcétera, en que debo incluir en rechazo de la Ministra de asuntos sociales Matilde Fernández a subvencionar a las víctimas con 40 millones (para toda la Asociación) porque consideraba que no éramos de interés. Mientras ayudaba a las Madres de Mayo no tenía dinero para las madres de España. Yo iba a todas las asambleas anuales cuando no iban periodistas, políticos ni príncipes. Me torearon ministros y obispos. Nunca pedí nada para mí ni recibí un céntimo de nadie. Ni siquiera la medalla del Congreso a mi padre (otros lo hicieron) porque había que solicitarla. Las medallas se conceden o no, pero no se piden. Era un perdedor, perdí salud, tiempo y dinero, pero con la cabeza bien alta, siempre consciente que todos ellos, que nunca hicieron nada por las víctimas, terminarían presidiendo fundaciones, asociaciones y demás “ones”, aunque sea con Alzheimer. Que se intentaría contar la historia al revés, pero consciente también que por muchos “repintes” que hagan, siempre habrá algún restaurador que saque a la luz el original. un restaurador que saque a la luz el original. Aquella frase (del General) me estaba diciendo algo así como que éramos un coro de plañideras
Ya decepcionado de todos, el tiempo me ha terminado por dar la razón y yo, de alguna manera, se la he dado al General, hoy amigo. Sé perfectamente quién ha estado a mi lado y los niveles de complicidad y cobardía de la sociedad.
Y a mí sólo me interesa el beso en la boca, el más honesto, el más verdadero, el más sentido. No me interesa el beso en la mejilla, el beso de Judas, el beso del traidor.