Cerro de los Ángeles 2009
21.11.09. Un día apacible saludó desde las primeras horas de la mañana a los carlistas que se iban congregando ante la Ermita del Santuario del Cerro de los Ángeles. Como cada año, la Comunión Tradicionalista Carlista acudía en la víspera de la Solemnidad de Cristo Rey a los pies del monumento que el pueblo español sufragó y dedicó al Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo, con la conciencia más viva que nunca puesta en el deber que como movimiento político y como cristianos tenemos de manifestar firmemente nuestra fe y de gritar bien alto nuestra oposición al totalitarismo laicista que se manifiesta sin disimulo desde las instituciones españolas y europeas.
La Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles acogió a las numerosas boinas rojas que se disponían a asistir al Santo Sacrificio, y en un templo henchido de corazones carlistas el sacerdote glosó el sentido de la Fiesta de Cristo Rey, en su significación personal y social. Se elevaron preces por el Papa, por las víctimas cada vez mayores de una sociedad destrozada, víctima de la injusticia y la corrupción inoculados desde el poder, por España, sus familias, pueblos, regiones y personas, por los mártires de la Tradición española, con particular recuerdo a los fallecidos en el último año, y por todos los presentes.
A la salida de la Ermita, y tras alegre algarabía, los asistentes posaron ante el monumento antiguo entonando el Oriamendi para las fotos oficiales, y los vivas a España y al Rey legítimo. A continuación tuvo lugar la comida en el cercano restaurante Los Olivos, donde se había dispuesto en el exterior para la ocasión una gran bandera con la cruz de borgoña, que tuvo una excelente acogida. El puesto de bazar carlista y de venta de libros era objeto de particular atención por su colorido y variedad.
La comida transcurrió en un excelente clima en el que predominaba la complicidad en los principios, la notable presencia juvenil y el buen humor, impregnando de un inevitable espíritu de optimismo en el futuro a los presentes. Y sobre cómo afrontar el futuro giró el primer discurso, del Secretario General Javier Garisoain, el cual se dirigió a los carlistas haciendo notar que en numerosos ámbitos culturales y eclesiales de referencia los grandes temas objeto de preocupación versan sobre los pilares en que el Carlismo lleva sosteniéndose ya a lo largo de 176 años de historia: Dios, la Patria, los Fueros y el Rey. No utilizando las mismas palabras, ni el mismo lenguaje, pero sí refiriéndose insistentemente de forma indirecta y con gran claridad a estos principios. Y a iluminar a los españoles a la búsqueda de los fundamentos en que siempre se sostuvo una España cada vez más abatida es a lo que estamos llamados todos los carlistas, y a reconocer en nuestros compatriotas personas que buscan sinceramente los cimientos de esa España que hoy marcha a la deriva por haber dado la espalda a su Historia y a su Tradición, y señalándoles siempre valientemente en todo momento los principios de la España de siempre. En ese sentido, el amor verdadero a nuestros compatriotas, condensado en esa gran Comunión que siempre tuvo vocación de abrir sus brazos generosos a todos los españoles, de la condición que fuesen, es un deber doblemente necesario por nuestra parte. El amor, junto con el valor y el servicio han de ser las virtudes que cultivemos al servicio de la Causa. Sólo así la Comunión podrá cumplir su verdadera misión al servicio de España y de los españoles.
Por su parte, Jesús Blasco, Secretario de la Junta Regional de Valencia, tomó la palabra pronunciando un discurso completísimo y que despertó gran interés por lo profético de las palabras contenidas en el mismo, debidas al insigne abogado y destacadísimo carlista del siglo XIX Aparisi y Guijarro. Todos los presentes evocaron la situación actual al oír las palabras del prestigioso abogado valenciano pronunciadas hace nada menos que 140 años: “yo daría mi vida para que todos los españoles disfrutaran cuantos beneficios y cuantos derechos verdaderos, Dios concedió a los hombres por ser hombres” . Los esfuerzos ímprobos de un numeroso grupo de padres de familia por querer educar a sus hijos en la libertad y no en la tiranía de la moral estatal, y la necesaria resistencia por nuestra parte a leyes injustas que buscan la erradicación definitiva de toda mención y presencia de Dios y sus leyes de la vida social y política, sintetizadas en la reciente sentencia de la Corte de Estrasburgo que sentó doctrina al dictaminar que el crucifijo en las aulas violentaba la libertad de las personas, demuestran lo certero del análisis de Aparisi. También hubo lugar para el recuerdo de la lastimosa situación social y económica en que se hallan sumidos millones de españoles a consecuencia de la aplicación ciega de los mismos principios liberales.
Acto seguido, Javier Zazu expuso a los presentes las ventajas que se derivan de la aportación económica a los partidos políticos, concentrando este punto práctico gran atención en los comensales.
Para finalizar, Rafael de la Vega, Delegado de Relaciones Internacionales leyó varias adhesiones y mensajes de apoyo enviados desde Filipinas, Argentina, Portugal, Italia y otros lugares, hallando todos efusiva acogida, pero siendo particularmente celebrados los procedentes de Portugal y Argentina con su reivindicación hispana sobre las islas Malvinas.
María Cuervo-Arango dirigió unas palabras de agradecimiento finales a todos los que habían intervenido en la preparación del acto, y tras alentar a los presentes a continuar en la brecha, se entonó el Oriamendi para cerrar el acto.
Un año más, la Comunión Tradicionalista muestra que continúa firme y con esperanzas y bríos renovados en su misión al servicio de la regeneración moral y política de España, consciente del depósito que atesora cifrado en sus principios, y en cuya proclamación constante está nuestra vocación y la clave de un futuro mejor para una España que aún en 2009 yace sin pulso y postrada a la búsqueda de sí misma.
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